viernes

CON FIEBRE, DELIRO

Resulta que, de vez en cuando, me entra un fuerte dolor abdominal que cursa con una leve fiebre. Ese dolor dura un día (con su noche) y luego se me pasa. Ni qué decir tiene que no he ido al médico.

Bueno, sí, una vez, en 1993 (la primera vez que me dió). Tras once días de ingreso hospitalario y después de toda clase de pruebas -y toda clase incluye colonoscopia por partida doble- no encontraron la causa y, dado que el dolor había remitido, me mandaron para casa.

Al grano: lo que os quiero contar es que con esa poquita de fiebre, me da por delirar -particularmente si ocurre por la noche y no consigo conciliar el sueño- y suelo pensar una serie de giliposheces impresionantes. La lástima es que estoy tan jodido que no soy capaz de levantarme a anotarlas y al días siguiente no me acuerdo.

La cosa es que de la de ayer sí me acuerdo y os la quería comentar porque me pareció graciosa:

¿Os imaginais la frustración del tío que inventó la escritura? Resulta que después de devanarse los sesos para poner esos garabatos en esas tablillas de arcilla ¡Nadie sabía leer!

Vale, es muy mala, pero a mí me ha hecho gracia...

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