sábado

CUATRO MILLONES

El dato, de ayer, es que en España se han superado los cuatro millones de parados.

No comentaré ahora la ausencia de previsión y de reacción del gobierno de Zapatero, la patética falta de movimiento por parte de los sindicatos o la falta de propuestas del PP (Rajoy, en el programa "Tengo una pregunta para usted", a la pregunta del camionero que gana 855€ sólo se le ocurrió decir "aguante"). A quien quisiera poner a caldo es, evidentemente, a la patronal.

Yo creo que a nadie se le escapa que, si bien es verdad que hay sectores muy concretos azotados por la crisis, muchos empresarios están aprovechando la situación para hacer limpieza (no digo étnica, pero casi que también) en su bolsa de asalariados. La última propuesta de abaratar el despido creo que roza la obscenidad.

La idea viene a ser algo llamado "contrato indefinido no fijo” (vivo sin vivir en mi, conceptos antitéticos, el poder de la palabra) que establece un período de prueba de dos años (durante los cuales se puede despedir sólo con 7 días de preaviso y con una indemnización de 8 días). Tras los dos años, el trabajador se convierte en fijo (pero no fijo-fijo, no os creais) sino pudiendo ser despedido con un mes de preaviso y con indemnización de 20 días por año hasta un máximo de 12 mensualidades.

¿Es sensato decir que para rebajar el paro lo mejor es proponer el despido libre? ¿Tan tontos creen que somos? La prueba de lo flexible que ya es el despido en España es, precisamente, la tasa de paro que tenemos: ¡Las empresas, en cuanto les ha convenido, se han desecho de sus trabajadores temporales!

Quisiera explicar una cosa que, no por evidente, deja de ser escalofriante: Ningún empresario va a luchar nunca por erradicar el paro ¿por qué? Porque la propia finalidad del paro es realizar presión sobre el mercado de trabajo para garantizar la disponibilidad de mano de obra barata y dócil. A veces es necesario recordar este tipo de cosas, que se olvidan con facilidad; si no que se lo digan a Jimenez Losantos: años abogando por el despido libre y ahora que le toca a él, consultando abogados.

En fín: ¡Ay Señor, llévame pronto!

No hay comentarios: