domingo

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CÓMO SALVARSE DE LA HORCA

Cuentan que, en la Edad Media, un hombre fue injustamente acusado de asesinar a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona influyente y por eso buscaron a un “chivo expiatorio” para encubrir al verdadero culpable.El hombre fue llevado a juicio, conociendo que tendría poca oportunidad de escapar al veredicto: ¡ LA HORCA !

El Juez, también cómplice, cuidó de que pareciera un juicio justo y le dijo al acusado:

- “Conociendo tu fama de hombre devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino”.

Por supuesto, el juez corrupto había preparado dos papeles con la misma leyenda: “CULPABLE” y la pobre víctima se dio cuenta que era una trampa.

No había escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.

El hombre inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y, llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon airadamente.

- “Pero… ¿qué hizo?… ¿Y ahora?… ¿Cómo vamos a saber el veredicto?”
- “Es muy sencillo” respondió el acusado. “Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos qué decía el que yo escogí”

Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.


lunes

LA VELOCIDAD SUBJETIVA DEL TIEMPO

De la entrevista a Douwe Draaisma, psicólogo y filósofo holandés, en la revista Redes. Enero 2011.



La mayoría de la gente, cuando llega a los 40, tiene la impresión de que los años son más cortos cada año, que los meses se encogen, y que la Navidad cada vez llega más rápido... La velocidad subjetiva del tiempo se genera, de hecho, en la memoria. Juzgamos el tiempo en función del número de recuerdos que tenemos y su intensidad. Y esto es así incluso para periodos cortos.

Si lo que dices es verdad... probablemente deberíamos aconsejar a las personas que llenaran sus días de acontecimientos y emociones, ¿verdad?

Que viajen. O tengan nuevas aficiones. Lo importante es tener nuevas impresiones, porque eso generará nuevos recuerdos, nuevas experiencias... ¡y ralentizará la velocidad subjetiva del tiempo!